HORARIO DE MISAS
San Pedro
Martes y Jueves a las 20,00 h.
Sábados a las 19,00 h.
Domingos a las 10,30 h. y a las 11,30 h.
San Saturnino
Lunes, Miércoles y Viernes a las 20,00 h.
Sábados a las 20,00 h.
Domingos a las 12,30 h.
DESPACHO PARROQUIAL
San Pedro
Viernes de 11,00 a 12,30 h.
San Saturnino
Martes de 11,00 a 12,30 h.
Si quieres inscribirte en los turnos de adoración, o deseas cualquier tipo de información al respecto, puedes comunicarte por medio de WhatsApp en los números 606 401 251 (Maria Julia) o 655 891 531 (Javier).
MAS INFORMACION EN LA SECCION DE SOLIDARIDAD
Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y te deseo en mi alma. Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como ya he venido, te abrazo y todas las cosas se unen a ti. No dejes que nunca me separe de ti.
Hay ocasiones en los que involuntariamente nuestro comportamiento puede distraer a los fieles que comparten la celebración de la Eucaristía con nosotros.
Os proponemos algunos consejos para mejorar la calidad de nuestras celebraciones:
Lleguemos con puntualidad, a ser posible, unos pocos minutos antes.
Llegar a la iglesia temprano permite orar y prepararse mejor para la Misa y no molestamos al resto de personas entrando a la iglesia una vez comenzada la Misa.
Si nos es posible, leamos el evangelio en casa antes de acudir a la Iglesia.
Esto nos ayudará a reflexionar mejor sobre la Palabra de Jesús.
Tratemos de respetar el silencio mientras estemos en la Iglesia.
Una vez que entremos a la iglesia, respetemos el silencio. Si tienes que comentar algo importante, hazlo de la forma más silenciosa y breve posible. Recuerda que tu conversación podría estar perturbando a alguien que está concentrado en su oración.
Llevemos a los niños a la parte posterior para calmarlos si nos parece conveniente.
Todos los padres sabemos que a veces los niños pueden tener un mal día. Debemos llevar a los niños a Misa desde que son pequeños, pero debemos ser “cuidadosos” con las distracciones que puedan generar a los demás, y si lo estimamos necesario, sentémonos en los espacios habilitados para lo más pequeños. No hay ninguna razón para que nos debamos sentir incomodos por tener que calmar a nuestros hijos en la parte posterior de la Iglesia. Recordemos lo que dijo Jesús: "Dejen que los niños se acerquen a mí". Así que llevémoslos a Misa, pero tratemos que se mantenga el ambiente de silencio.
Despidámonos tranquilamente.
Os animamos a saludar a los demás, pero hagámoslo una vez que estemos fuera de la iglesia para que no molestemos a otras personas que desean permanecer orando.
Recordemos que cada Misa tiene un valor infinito, ya que allí se ofrece al mismo Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, y debemos tratar de vivirla aprovechándola al máximo posible.