A continuacion reproducimos el testimonio dado por la hermana Gimena, el domingo 20 de diciembre de 2020 en nuestra unidad pastoral:
“Devuélveme la alegría de la Salvación”
Me han invitado a compartir con vosotros una pequeña reflexión sobre la Navidad. Quisiera comenzar recordando la primera Navidad que viví como consagrada. Fue una Navidad bastante “rara”, digamos que sobria, comparada con las que acostumbraba a celebrar cada año. Las primeras Navidades lejos de tu familia se viven con mucha ansiedad y expectación, así me sentía yo. Armamos un bonito Belén, ambientamos un poco la casa, y llegaron al noviciado un grupo grande de hermanas de distintas ciudades a vivir una experiencia de Ejercicios Espirituales de 8 días como preparación para la Navidad. Vivimos esos días previos con mucho silencio, en actitud de ser servicio, sencillez, ayudando a las hermanas que estaban viviendo sus Ejercicios. Yo me preguntaba cuando llegaría la parte “especial” de los días de fiesta. Así llegó el día 24: la cena, la eucaristía… y no percibía nada especial. Pero al finalizar la eucaristía, casi a las 12 de la noche, comenzaron los abrazos (fraternos y sinceros) con una gran sonrisa y brillo en los ojos: “¡Ha nacido, ha nacido!”. Y comencé a preguntarme: ¿de qué me he perdido? Me impactó en ese momento la alegría, y es algo que me sigue impactando en cada Navidad en las distintas casas donde he estado. ¿De dónde viene esta alegría cuando aparentemente no hemos hecho nada especial?
Este año he recordado mucho esa primera navidad en mi casa de formación. Creo que el 2020 nos ha cambiado y nos sigue cambiando: ha cambiado nuestro modo de relacionarnos, de trabajar, de vivir en familia, de enseñar y aprender… y ha cambiado un poco nuestra fe. Quizá nos hemos preguntado en algún momento, “¿dónde está Dios?”. A veces con un poco de rabia y otras honestamente, porque le buscamos y ya no le encontramos de la misma manera.
El año 2020 ha sido difícil, pero también hermoso. Ha sido doloroso, pero abierto a nuevas oportunidades. La oportunidad de volver a experimentar la verdadera alegría. Ha desmontado, con todo lo que ha tenido de injusto, de triste y doloroso, el maquillaje detrás de la cual nos refugiábamos.
Verdaderamente este año ha sido un gran Adviento: tiempo de desierto o aislamiento, tiempo de renuncias y austeridad, tiempo de tristeza al despedir a mucha gente querida. Pero como todo tiempo de adviento es también un anuncio de gestación: significa que algo nuevo está naciendo en nuestras vidas (o que algo nuevo tiene que nacer). Significa que estamos a la espera.
Hasta ahora, hemos estado acostumbrados a unas Navidades muy “divertidas”, nos hemos creado unas navidades al estilo “Disney”. Y eso nos ha “divertido” (desparramado) y distraído (llenado de luces que nos deslumbraban). La Navidad que trae Cristo (y que podemos descubrir este año gracias a las circunstancias que estamos viviendo) no es divertida, sino alegre y gozosa. La diversión es momentánea y superficial, la alegría es profunda y verdadera y, sobre todo, transformadora. La alegría de Cristo nos libera.
Necesitamos esta alegría que nos salva: de nuestros pesimismos, derrotismos, divisiones, agobios interiores, oscuridades, satisfacciones estériles...
Por eso este 2020, en lugar de lamentarnos por las navidades que no vamos a tener, o por lo diferentes o incómodas que pueden resultar las celebraciones, aprovechemos esta oportunidad única para experimentar el nacimiento de Jesús como nunca lo hemos hecho. Abramos nuestra vida a la alegría de la salvación. No podemos hacerlo si estamos divertidos, entretenidos, llenos de nosotros mismos. La alegría de la Navidad podremos vivirla si nos sentimos necesitados. Sentir que nos falta algo es el camino para experimentar la Navidad. ¿De qué necesito ser salvada o salvado? ¿En qué circunstancia de mi vida Jesús puede ser Salvador para mí?
Celebrar la Navidad es decirle a Dios “Devuélveme la alegría de la salvación”. Devuélveme la alegría de la navidad... Pero es sólo un “sentimiento”. Pide de nosotros disponibilidad plena, apertura. Supone, como hemos escuchado en la Palabra, preparar caminos, allanar, enderezar, compartir con los demás lo que tenemos, cambiar de mentalidad, dejar que el evangelio se encarne en mi vida con todas las consecuencias. Entonces estaremos alegres.
Mirando a María, podemos aprender un poco más de lo más auténtico de la Navidad: ¿cómo hacer para que el Señor nos devuelva la alegría de su salvación? Respondiendo como ella con un «sí». La alegría nace de un corazón que confía sin miedo: «hágase en mí según tu Palabra» Hágase en mí la Navidad: esto sucede si de verdad dejamos que la misericordia actúe a través nuestro, el perdón, la ternura, la cercanía con todos, la acogida a los que siento más lejos. Decir sí, como María, es dejar que Dios me salve y que su salvación pueda llegar a muchas otras personas. Cada uno de nosotros es invitado a contestar que sí, que vamos a celebrar la Navidad «según tu Palabra».
Entonces, ¿Qué haremos? ¿Viviremos la Navidad con gozo interior, o “divertidos”, sólo de palabras, con regalos y comidas, o experimentando la salvación? ¿nos conformaremos con una Navidad rutinaria, de trámite?
Mi invitación es a que esta noche de Navidad, esta Nochebuena (y los días que la están preparando) podamos mantener una súplica constate: “Devuélveme la alegría de la salvación”. La alegría que a veces nos dejamos robar, la alegría que muchas veces nos roba la “mundanidad”. La alegría que sólo Cristo puede dar. Que este Navidad esté llena de alegría y abrazos.
NÚMEROS PREMIADOS EN EL SORTEO DEL MERCADILLO SOLIDARIO
NAVIDAD 2020
Lote de vinos………………………………… 4.579
Bandeja de Navidad………………………….. 2.483
Lote Príncipe de Viana………………………. 3.722
Tablet Lenovo…………………………………2.879
Lote de vinos…………………………………..3.321
Cesta de Navidad……………………………....4.260
Lote Príncipe de Viana……………………….. 3.466
Televisión Thomson 32”……………………… 4.718
Libro cocina firmado Alex Múgica………….....4.328
Será en el frontón, al lado del Ayuntamiento.
♦ Venta Flores de Pascua
♦ Venta de detalles navideños y bisutería.
♦ Venta de boletos para la rifa de varios premios.
Debido a la situación actual, es MUY IMPORTANTE
que cumplamos con las normas dentro del mercadillo.
HORARIO DE MISAS
Domingos
10:30 h. en San Pedro
11:30 h. en San Pedro (Misa de la Familia)
12:30 h. en San Saturnino (Misa de la Familia)
13:30 h. en la Parroquia de Tajonar
Sábados
19:00 h. en San Pedro
20:00 h. en San Saturnino
Lunes a Viernes, en San Pedro
18:30 h. Rosario
19:00 h. Misa
Lunes a Viernes, en San Saturnino
19:30 h. Rosario
20:00 h. Misa
En la seccíon CATEQUESIS, pestaña MATRICULA, ya puedes consultar y cumplimentar el procedimiento para la inscripción a la catequesis de comunión del curso 2020-2021.
El plazo termina el 15 de junio de 2020.
Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y te deseo en mi alma. Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como ya he venido, te abrazo y todas las cosas se unen a ti. No dejes que nunca me separe de ti.
El Grupo de Solidaridad nos traslada la siguiente carta de agradecimiento a todos los que formamos parte de la Unidad Pastoral de Mutilva:
"Una vez reunidos los integrantes del Grupo Solidaridad de las parroquias del Valle, y hechas las últimas cuentas, queremos comunicar que hemos realizado la transferencia de 5.800 euros a las Hermanas Terciarias Capuchinas en su Delegación de África.
Gracias a vuestras generosas aportaciones, será posible cubrir los gastos de los 3 proyectos que Miguel Angel Cabodevilla nos presentó en nombre de las Hermanas (recordamos)
Muchas gracias por todo vuestro apoyo y colaboración"
A finales del 2016 se pusieron en marcha en nuestra diócesis, organizados por la Parroquia de San Fermín de Pamplona, los Retiros de Emaús.
Los Retiros de Emaús están basados en el pasaje bíblico del evangelio según San Lucas, capítulo 24, versículos 13-35, donde dos discípulos volvían a un pueblo llamado Emaús. Por el camino van
hablando de todo lo que había pasado en Jerusalén. Mientras hablaban, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos, pero no le conocieron. Al caer la noche Jesúshizo como que continuaba su
camino, pero ellos le invitaron a quedarse, cuando ya estabansentados en la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se los dio. En ese momento se les abrieron los
ojos y reconocieron a Jesús Resucitado.
Se trata de un paralelismo con nuestra vida, Jesús camina a nuestro lado, pero en muchas ocasiones no lo vemos. Esta es la clave de lostres días que dura el retiro, recordar, descubrir o iniciar la experiencia de tener a Cristo presente en nuestras vidas, porque está dirigido a todo tipo de personas, alejadas de la iglesia o dentro de ella, que forman parte de un grupo religioso o no. Esta es una experiencia que cambiará su vida para siempre.
Para los que tienen una fe viva supone una reafirmación de sus creencias y un vuelco en su vida espiritual.
Todos somos llamados a tener una cita personal e íntima con el Amor de Dios.
Hay ocasiones en los que involuntariamente nuestro comportamiento puede distraer a los fieles que comparten la celebración de la Eucaristía con nosotros.
Os proponemos algunos consejos para mejorar la calidad de nuestras celebraciones:
Lleguemos con puntualidad, a ser posible, unos pocos minutos antes.
Llegar a la iglesia temprano permite orar y prepararse mejor para la Misa y no molestamos al resto de personas entrando a la iglesia una vez comenzada la Misa.
Si nos es posible, leamos el evangelio en casa antes de acudir a la Iglesia.
Esto nos ayudará a reflexionar mejor sobre la Palabra de Jesús.
Tratemos de respetar el silencio mientras estemos en la Iglesia.
Una vez que entremos a la iglesia, respetemos el silencio. Si tienes que comentar algo importante, hazlo de la forma más silenciosa y breve posible. Recuerda que tu conversación podría estar perturbando a alguien que está concentrado en su oración.
Llevemos a los niños a la parte posterior para calmarlos si nos parece conveniente.
Todos los padres sabemos que a veces los niños pueden tener un mal día. Debemos llevar a los niños a Misa desde que son pequeños, pero debemos ser “cuidadosos” con las distracciones que puedan generar a los demás, y si lo estimamos necesario, sentémonos en los espacios habilitados para lo más pequeños. No hay ninguna razón para que nos debamos sentir incomodos por tener que calmar a nuestros hijos en la parte posterior de la Iglesia. Recordemos lo que dijo Jesús: "Dejen que los niños se acerquen a mí". Así que llevémoslos a Misa, pero tratemos que se mantenga el ambiente de silencio.
Despidámonos tranquilamente.
Os animamos a saludar a los demás, pero hagámoslo una vez que estemos fuera de la iglesia para que no molestemos a otras personas que desean permanecer orando.
Recordemos que cada Misa tiene un valor infinito, ya que allí se ofrece al mismo Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, y debemos tratar de vivirla aprovechándola al máximo posible.